la tecnología de teléfonos celulares ” podría conducir a una crisis de salud similar a la causada por el amianto , el tabaquismo y el plomo en la gasolina “, advirtió el organismo de vigilancia medioambiental de la Unión Europea en 2007.
El intento más ambicioso para catalogar los riesgos de salud de los teléfonos celulares hasta la fecha es el estudio Interphone financiado por la industria , llevada a cabo por investigadores de 13 países diferentes (sin incluir los Estados Unidos) . Aunque el estudio ha sido criticado por la selección de datos en una forma diseñada para minimizar los riesgos del uso del teléfono celular, no obstante, siguen apareciendo resultados alarmantes.
Entre los resultados hasta ahora son un aumento del 40 por ciento en el riesgo de tumores cerebrales entre los adultos que usan un teléfono celular durante 10 años ( especialmente en el lado de la cabeza donde se sostiene el teléfono ), un 300 por ciento más de riesgo de tumores del nervio acústico , y un aumento del riesgo de tumores de la glándula parótida. El riesgo de un tumor cerebral aumenta en un 400 por ciento en personas que empiezan a usar un teléfono celular antes de la edad de 20 años .Otros estudios , sobre todo fuera de Europa, han vinculado el teléfono móvil y un asistente digital personal ( PDA ) su uso al daño en el ADN, muerte de espermatozoides, y daños cerebrales que incluyen demencia de inicio precoz . Estos hallazgos que son regularmente una gran noticia en la prensa internacional, por lo general se les restA importancia en los medios de comunicación en EE.UU. .
Los Estados Unidos tiene una larga historia de hostilidad hacia la afirmación de que la radiación de microondas utilizadas por los hornos microondas , teléfonos celulares, torres de telefonía celular e internet inalámbrico (Wi -Fi) puede ser perjudiciales para la salud humana . EE.UU. prohíbe por ley la difícil colocación de torres de telefonía celular por razones de salud , y un grupo de la industria ( el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos ) es altamente influyente en el establecimiento de estándares de exposición .
Sin embargo, cuando Frey publicó un artículo que demostraba que la radiación de microondas podría interrumpir el funcionamiento de la barrera hematoencefálica , la Oficina de Investigación Naval le ordenó ocultar el trabajo o perder la financiación. los científicos financiados por el Pentágono afirmó que había rechazado su obra, pero se negó a compartir cualquier información sobre sus datos o métodos .
Frey encontró que mientras que el primario (o “compañía “) de onda de la radiación de microondas puede causar problemas de salud , la onda secundaria que lleva los datos reales – si el sonido , texto , imágenes u otra información transmitida a través de los teléfonos móviles o las conexiones Wi -Fi – - es mucho más peligroso .
La investigación moderna apoya estos primeros resultados , con un 75 por ciento de los estudios financiados de forma independiente muestran riesgos para la salud de la radiación de teléfonos celulares ( en contraste con sólo el 25 por ciento de los estudios financiados por la industria ) . Los investigadores también han documentado los drásticos aumentos en la tasa de numerosos problemas de salud inmediatamente después de la introducción de la generalizada Wi-Fi y redes de telefonía móvil en toda Europa.
Estas preocupaciones han llevado a los gobiernos europeos a considerar la prohibición de Wi -Fi en instalaciones del gobierno , y llamar a la Asociación Austriaca de Medicina de la prohibición de Wi -Fi en las escuelas. La Biblioteca Nacional de Francia ya ha eliminado todas las conexiones Wi -Fi debido a las repercusiones para la salud.
En determinados segmentos de la población de los EE.UU. , la conciencia también está creciendo . De acuerdo con un anónimo banquero de inversión hablando con un reportero de GQ , las tasas de tumores cerebrales entre los ejecutivos financieros son escandalosamente altos, de hecho cada vez más y más personas lo están atribuyendo al constante uso del teléfono celular. vivesana.blogspot.com/2010/06/crece-la-evidencia-sobre-los-vinculos.html
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